Pyracantha coccinea M. Roem.

Pyracantha: de "pyr" (gr.) = fuego y "ákantha" (gr.) = espina, por ser arbustos espinosos con frutos rojos

coccineus, -a, -um: coccíneo, -a, de color rojo intenso, por el color de sus frutos

Hábito: Arbusto perennifolio de 1-3(6) m alt., muy espinoso, de ramificación intrincada con espinas caulinares rojizas.

Hojas: alternas, persistentes, de 1,5-4 cm long., simples, con estípulas pequeñas prontamente caedizas, peciolo breve de 3-9 mm long. y lámina elíptica u obovada, de ápice agudo u obtuso, acuminado, y margen crenado a festoneado, coriácea, lustrosa.

Flores: hermafroditas, actinomorfas, epíginas, de 6-9 mm diám., 5-meras, reunidas en cimas corimbiformes plurifloras pubescentes, con cáliz dialisépalo, 5 pétalos de 3-4 mm long., suborbiculares, blancos, ± 20 estambres y un gineceo pentacarpelar sincárpico de ovario ínfero y 5 estilos.

Fruto: pomo de 5-8 mm diám., subgloboso, deprimido, rojo, anaranjado o amarillento, con 5 semillas.

Florece en primavera; los frutos maduran en otoño y persisten durante el invierno.

Originario del W de Asia y S de Europa, hasta el NE de la Península Ibérica.

Se cultiva para adorno de parques y jardines por sus flores, y sobre todo por sus coloridos frutos que se mantienen en la planta varios meses, dando color al jardín otoñal o incluso invernal; también se emplea para la formación de setos. En los últimos años, se cultivan con más frecuencia otras especies de Pyracantha de aspecto muy parecido, como la P. crenatoserrata (Hance) Rehder o la P. angustifolia (Franch.) C. K. Schneid.

Es una especie muy sensible al denominado "fuego bacteriano", una grave enfermedad producida por la bacteria Erwinia amylovora (Burrill) Winslow que también afecta a frutales como el peral, el manzano o el membrillero. El nombre de la enfermedad se debe al aspecto que toman las ramas jóvenes y brotes, como si hubieran sido quemados, cuando son atacados por esta bacteria.

Se multiplica fácilmente por estaquillas.